martes, 30 de septiembre de 2008

Políticas Nacionales en CyT



Políticas Nacionales en Ciencia y Tecnología

Las implementación de políticas nacionales (públicas) en CyT debería estar estrechamente ligada a la interacción, el consenso y diseño de proyectos con el fin de satisfacer demandas vinculadas a resolver necesidades estratégicas, sociales o económicas.

Por lo tanto, debería promoverse la interacción entre políticos, científicos, tecnólogos, organizaciones sociales, etc, porque, salvo algunas excepciones, los problemas estratégicos o sociales que necesiten CyT para su solución no se pueden resolver desde un sólo ámbito, por la envergadura de los mismos o porque necesitan de acciones interdisciplinarias para encausar los eventuales proyectos.

Veamos, sólo como un ejemplo y porque es un tema conocido, el problema del mal de Chagas.

A la problemática del mal de Chagas habitualmente se la asocia al área médica (2.500.000 personas infectadas). Sin embargo, ésta es una enfermedad de la pobreza en donde para atenuarla o erradicarla, además de médicos se necesitan arquitectos, ingenieros, asistentes sociales, entomólogos, etc. En síntesis, el Chagas es un ejemplo de problema interdisciplinario.

En nuestro país desde hace más de 50 años se ha apoyado a grupos de investigación en mal de Chagas. Sin embargo, nunca hubo un plan con continuidad que surgiera desde la política y que, apoyándose en el conocimiento que se tiene sobre el Chagas, tuviera como objetivo erradicarlo.

Sintetizando, expertos hay, posibilidades de resolver el problema también, pero las soluciones no aparecen. Esto es grave y por lo menos debería mover a la autocrítica del sector político.

Pero si alguna vez en la agenda de algún gobierno se pensó que apoyando investigaciones en Chagas se iba a resolver el problema, los hechos demostraron que no fue así. Y esto sucedió porque no hubo decisiones políticas para terminar con el problema o porque los proyectos fueron mal formulados.

Mal formulados porque, no por apoyar investigaciones sobre el mal de Chagas se va a resolver el problema. Lo que hay que hacer es apoyarse en el conocimiento que se tiene para llevar a cabo ese objetivo.

Y esta confusión que no diferencia entre "apoyar a la ciencia" de "apoyarse en ella", parece ser un mal endémico o una incapacidad política manifiesta en países subdesarrollados como claramente lo expresaran los Dres Rodríguez Boulan y Marcelino Cereijido (1), éste último investigador argentino residente en México.

En otras palabras, si el objetivo es erradicar el Chagas, hay que buscar a la gente que cubra todo el espectro del conocimiento acerca del problema Chagas, plantearles el objetivo, ver qué soluciones aportan y, luego, tomar la decisión
política de implementarlas.

Lamentablemente, en nuestro país esta confusión no sólo pasa por el Chagas sino que puede ser extendida a ámbitos muy diversos: producción pública de medicamentos y vacunas, construcción de buques que transporten nuestras
exportaciones/ importaciones, saneamiento de cuencas fluviales, contaminación con arsénico de aguas para consumo, contaminación de napas por herbicidas, desarrollo de semillas híbridas con patentes a favor del sector público para que puedan ser utilizados por todos sin necesidad de pagar "royalties" etc, etc, etc.

En estas áreas también hay profesionales idóneos que proponen soluciones, pero las decisiones políticas parece que van por otro lado. Es difícil comprender, pero es así.

Y este espacio debería ocuparlo el Gabinete CyT (GACTEC), organismo transversal a los Ministerios y responsable de establecer políticas en CyT, cuya presidencia es ejercida por el ministro Lino Barañao. Porque el GACTEC debería relevar la demanda social y ocuparse de resolverla.

Porque el GACTEC tiene la facultad (y la responsabilidad) de convocar a todos los Organismos de CyT y a las Universidades, entre otros, para definir políticas claras y resolver problemáticas nacionales estratégicas, sociales y económicas, como una forma de transferir el conocimiento a la Sociedad.

En síntesis, el GACTEC es un organismos que forma parte de la más alta decisión política. Por eso lo que reclamamos del GACTEC son propuestas claras y políticas activas para el sector público.

Por otra parte, la implementación de políticas que resuelvan necesidades estratégicas/ sociales/ económicas, permitiría atenuar la fragmentación institucional, generar autonomía tecnológica, evitar parte de las emigraciones, generar un verdadero sistema de CyT y poder contar con una estructura de asesoramiento para el Estado en los diferentes ámbitos de incumbencia. Todos ellos problemas estructurales del sector CyT.

Pero mientras no haya decisiones políticas claras, seguiremos compartiendo la opinión del Dr Diego Hurtado (2), que decía:

"la ciencia y la tecnología en la Argentina es un problema 100% político".

REFERENCIAS:
(1) - E. Rodríguez Boulan y Marcelino Cereijido. "El plan: apoyarse en la ciencia". Clarín 05-11-07. Para ver el artículo, click en: http://www.clarin.com/diario/2007/11/05/opinion/o-01901.htm .


(2) - D. Hurtado. "Nuestra ciencia necesita algo más", Clarín 28-08-08. Para ver el artículo, click en: http://www.clarin.com/diario/2008/08/28/opinion/o-01747715.htm

jueves, 11 de septiembre de 2008

Políticas Institucionales en CyT

Introducción
En el marco de las políticas públicas en CyT hay, por lo menos, dos ámbitos de acción perfectamente identificables: las políticas institucionales y las políticas nacionales.

Las políticas institucionales son las inherentes a cada una de los organismos (INTA, INTI, CNEA, CONAE, CONICET, INA, SEGEMAR, INIDEP, CITEFA, ANLIS-Malbrán, Universidades Nacionales, etc ) y se caracterizan por llevar a cabo acciones focalizadas en áreas específicas de cada uno de ellos. Así, las Universidades / Facultades desarrollarán tareas de docencia, investigación y extensión, el INTA resolverá problemas del ámbito agropecuario, el INTI de las industrias, el SEGEMAR en geología y minería, el ANLIS-Malbrán de salud, etc.

Por otra parte, las políticas nacionales están relacionadas a ámbitos más complejos en donde necesariamente se debe interactuar, consensuar y diseñar proyectos para resolver necesidades estratégicas, sociales o económicas

Esas temáticas habitualmente son de mayor envergadura, exceden el marco de los Organismos de CyT o de los Ministerios, deben tratarse en marcos interdisciplinarios y necesitan decisiones del poder político para llevarlas a cabo (por ej: producción pública de medicamentos y vacunas, erradicación del mal de Chagas, saneamiento de cuencas fluviales).

Y ese es el espacio que debería ocupar el Gabinete CyT (GACTEC), organismo responsable de establecer políticas en CyT y cuya presidencia es ejercida por el ministro de CyT, Dr Lino Barañao.

Nosotros nos hemos dedicado casi exclusivamente a analizar problemas relacionados con las políticas nacionales y no con las políticas endógenas de las Instituciones de CyT, porque éstas tienen objetivos restringidos a sus propias posibilidades temáticas o jurisdicionales y en donde lo más importante es la participación activa de sus integrantes en el rumbo que se le pretenda dar a las mismas.

Sin embargo, hay problemáticas comunes a algunas Instituciones como "Las Evaluaciones", sobre las cuales difundimos una gacetilla el 26-08-08. Pero también hay otras, y es importante recordarlas.


POLÍTICAS INSTITUCIONALES en Ciencia y Tecnología
Temas hay muchos y variados por la heterogeneidad de los organismos de CyT, pero creemos que algunos problemas son comunes a muchos de ellos. Veamos sólo algunos.

- BECARIOS: son trabajadores transitorios (máximo 7 años) que no tienen acceso a licencia por maternidad, obra social, vacaciones, aguinaldo, etc. Algunos organismos, como por ejemplo el CONICET, les otorgan un estipendio para cubrir parte de la obra social (actualmente $ 80-), pero las cosas no se institucionalizan.

Por eso, organizaciones de becarios como los Jóvenes Científicos Precarizados (JCP) luchan por el establecimiento de un Nuevo Régimen Laboral (NRL) para tener acceso a esos beneficios sociales elementales que tiene cualquier trabajador.

Los JCP son muy activos, son alrededor de 1.000, y están trabajando junto con la diputada nacional por Córdoba, Norma Morandini, en la confección de un Régimen Laboral del Investigador en Formación para que el mismo pueda ser tratado en la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputados de la Nación.

Por otra parte, y con respecto al tema, los becarios han tenido promesas y escuchado muchas disposiciones de buena voluntad por parte de autoridades del sector CyT. Eso es reconfortante, pero hasta ahora las decisiones políticas no se han tomado.

Hay becarios en CONICET, INTA, Agencia Nacional de Promoción CyT, distintas Universidades Nacionales, etc.

Por ello y más allá de los esfuerzos de los becarios, el tema también debería ser abordado por las autoridades de los Organismos de CyT que otorgan becas, y así poder hacer un planteo conjunto al Ministerio de CyT para resolver institucionalmente un problema esencial y básico de cualquier régimen laboral, y no que eso quede sujeto a la voluntad de las autoridades de turno de alguno de los Organismos.

Por eso, si las autoridades consideran que la demanda de los becarios es justa deberían apoyarlos con hechos concretos. Y si la consideran injusta, deberían dar las razones.


- INVESTIGADORES: Las jubilaciones de investigadores con el 85% móvil es un tema definido en la Ley 22.929 para todos aquellos que han tenido 15 años seguidos ó 20 años alternados como trabajador full time y con aportes mayores a los convencionales. Pero no se aplica y para conseguir la movilidad se deben hacer juicios individuales largos y costosos sobre puntos que, curiosamente, están explícitamente definidos en la Ley.

Si bien se restituyó el 85% a partir del 01-05-05, se lo hace sobre el 85% fijo del último sueldo que la inflación deteriora en el corto plazo. Sería conveniente no seguir con los dobles discursos y aplicar el 85% móvil como lo dice taxativamente la Ley 22.929.


- PERSONAL DE APOYO / TÉCNICO: Injustificadamente el personal de apoyo/ personal técnico ha quedado afuera del beneficio jubilatorio del 85% a pesar de estar relacionados directamente con las tareas CyT. Ya hace un tiempo, miembros del Personal de Apoyo del CONICET han conformado una mesa de enlace con representantes del sector de varias provincias para lograr su incorporación al marco de la Ley 22.929. Además, proponen modificar las políticas actuales que están conduciendo a la extinción de hecho de la carrera, la participación del personal de apoyo en las decisiones institucionales, la ampliación del escalafón, etc. Por otra parte, y en un marco que también involucra a los investigadores, promueven la restitución del porcentaje sobre informes aceptables y antiguedad, etc.

Si las autoridades de los organismos de CyT consideran justas estas solicitudes, también deberían apoyarlos con hechos concretos. De otra manera, sería saludable que también les den las razones.


- CRÉDITOS: Se dice que a la Ciencia se la apoya. Una forma adicional de apoyo sería atender necesidades de gran parte del sector CyT que acuciado por los bajos sueldos se les hace difícil alquilar y, más aún, pensar en adquirir una vivienda.

Por eso, tener acceso a líneas de créditos para la vivienda a tasas razonables y cuyas cuotas estén relacionadas a los ingresos de los solicitantes, sería de mucha importancia. Esta demanda nos ha sido solicitada por varios lectores de las gacetillas que difundimos

Por otra parte, todos sabemos que en nuestro país se otorgan importantes subsidios (el dinero no se devuelve) a grandes empresas que no lo necesitan.

Sin embargo, nosotros sólo solicitamos que se otorguen créditos (el dinero se devuelve) a tasas accesibles y que permitan tener acceso a la vivienda a parte del personal del sector CyT.

No conocemos que haya gestiones oficiales en ese sentido pero sería importante que las autoridades de los organismos de CyT inicien gestiones ante el Ministerio de CyT, o que el mismo Ministerio tome la iniciativa.

martes, 2 de septiembre de 2008

CyT es un problema 100% político

Ciencia y Tecnología es un problema 100% político
Difundimos el artículo "Nuestra ciencia necesita algo más", aparecido en el diario Clarín del 28 de agosto de 2008.

El mismo es una reflexión sobre distintos aspectos del sector CyT en donde, al final, manifiesta que el problema central en el ámbito de Ciencia y Tecnología, es el problema político.

Su autor, el Dr Diego Hurtado es Físico, Profesor de Historia de la Ciencia, e Investigador (Universidad Nacional de San Martin - CONICET).

A continuación, el artículo:



"Nuestra ciencia necesita algo más"

Falta una comunidad científica que se conciba a sí misma como actor político y deje de ser "un animal de cien cabezas". Ahora que existe un Ministerio de Ciencia y Tecnología, deberían promoverse adecuados interlocutores.

Aclaración: negritas son nuestras.


La creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva a fines de 2007, junto con el nombramiento de un científico como ministro, a la vez que un paso estratégico, tuvo un sentido simbólico crucial: el reconocimiento de que la producción de conocimiento debe estar en la primera línea de la política nacional. Durante su primer medio año, mientras intentó ganarse un lugar y definir sus incumbencias, el nuevo ministerio atravesó un período de organización. Pasado este primer estadio, el problema ahora es comenzar a diseñar las líneas maestras de una política.

El campo de fuerzas es complejo. Ante todo, no hay una comunidad científica que se conciba a sí misma como actor político. Por el contrario, hoy la comunidad científica argentina es "un animal de cien cabezas". Es clave que el Ministerio pueda contar con este interlocutor. De lo contrario, las opciones son el autismo o el corporativismo; es decir, no consensuar o elegir una, tres o cinco de estas cien cabezas.

El nuevo ministerio podría ayudar a construir a este interlocutor "natural". Crear canales de articulación dentro del sistema científico, y de comunicación entre éste y el sector productivo puede ser un primer paso. Que hay que darle a la ciencia un lugar en la agenda social es tan cierto como abstracto. Aquí hay un problema grave.

En ciencia y tecnología la dependencia es sistemática, pero sobre todo invisible. Hay una perspectiva que nos dice qué es hacer "ciencia de punta", ciencia prestigiosa. A partir de esta representación, surgida de una agenda ajena a nuestra realidad de país pobre, se premia y se castiga a los científicos argentinos. Desde esa perspectiva, el camino fácil es cruzar "agenda social" con hightech. Suena bien, es ideológicamente futurista, promete modernidad. Por otro lado, los problemas socialmente prioritarios -salud, vivienda, educación, potabilización y distribución de agua, electricidad a pequeñas comunidades, etc.- parecen requerir algo diferente. Este es el tema de fondo, el rostro de la medusa que pocos en América latina se animan a mirar. La ciencia local competitiva mantiene una dependencia estructural con instituciones de países avanzados. Esto hace que los criterios de calidad y competitividad queden desconectados de las necesidades propias. La ausencia histórica de políticas públicas robustas y de largo plazo reforzaron esta dependencia. El resultado concreto es una ciencia aislada, fragmentada y poco "útil".

En este punto, el nuevo ministerio enfrenta una bifurcación de caminos, que es también su oportunidad histórica: seguir la huella o inventar. El primer camino es como proponerse seguir a una Ferrari con un Ford T. Son las recetas de organismos internacionales, espejitos como el "Modo 2". Del otro lado, del camino alternativo, ya tuvimos a científicos y tecnólogos argentinos, como Jorge Sábato, Oscar Varsavsky o Amílcar Herrera, para citar solo a los "clásicos", que mostraron que se puede definir de otra manera el lugar de la ciencia y la tecnología en la Argentina. Muchas experiencias exitosas surgieron de la convicción de que la fórmula es, como dice la socióloga Hebe Vessuri, "o inventamos o erramos".

Decidir a favor de este último camino significa tomar como punto de partida una lectura precisa de la propia realidad: el problema del conocimiento comienza con la capacidad de autoconocimiento. La Agencia Nacional de Promoción, al avanzar sobre el diseño de programas de financiamiento fundados en diagnósticos de necesidades, vacancias y prioridades, dio un primer paso técnico importante en esta dirección. Le toca al Ministerio de Ciencia definir el lugar político del conocimiento y orientar los recursos científicos del país en esa dirección. En toda esta ecuación, el sector productivo aparece como el gran enigma. Su escasa tendencia a la innovación, su hábito de importar tecnología, su debilidad frente a las empresas trasnacionales plantean una tarea ardua. En el sector de pequeñas empresas, en la diversidad regional y en las llamadas tecnologías sociales parece haber caminos promisorios.

Finalmente, sobre los recursos para financiar ciencia y tecnología desde el sector público, existe un reclamo creciente al que habría que responder: ¿por qué razón la ciencia se debe financiar con préstamos internacionales en tiempos de superávit? Tenemos tradiciones ricas en ciencias biomédicas y en ciencias sociales, institutos tecnológicos para el agro y la industria, medio siglo de desarrollo nuclear, un plan espacial, algunas empresas de base tecnológica. Y universidades con sectores de excelencia. Tenemos muchas de las piezas de un gran rompecabezas. Hoy, la ciencia y la tecnología en la Argentina es un problema 100% político. En segunda instancia es un problema de recursos humanos, fuga de cerebros y porcentaje del PBI.

Autor: Dr Diego Hurtado (UNSAM-CONICET). Para ver el artículo original, click en: http://www.clarin.com/diario/2008/08/28/opinion/o-01747715.htm .

Este texto se difunde a: Presidencia de la Nación, Jefatura de Gabinete, Ministerios de Educación, Salud, Defensa, Cancillería, Ciencia y Tecnología, Ministerios de Salud Provinciales, ANMAT, Diputados y Senadores Nacionales, Legisladores y Funcionarios Provinciales y C.A.B.A., Academias Nacionales, Instituciones del Sector CyT (INTA, INTI, CNEA, CONICET, SEGEMAR, CONAE, CITEFA, INIDEP, SENASA, INA, ANLIS-Malbrán, UTN), Facultades de Universidades Nacionales, ONG, Laboratorios de PPMV, etc).