Difundimos el artículo "Viejas Preguntas para el nuevo Ministerio" que fuera publicado el 5 de febrero de 2008 en el diario El Sol, de Mendoza. El mismo es una reflexión crítica acerca de las políticas CyT que se implementan en nuestro país y fue elaborado por tres investigadoras mendocinas del área de Ciencias Sociales. Ellas son: Cristina Romagnoli, Mabel Cardello y Estela Fernández Nadal (ver abajo).
A continuación, el artículo:
"VIEJAS PREGUNTAS PARA EL NUEVO MINISTERIO"
La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología genera expectativas, en cuanto en se trata de una medida orientada, según se ha dicho, a unificar el sistema científico y a jerarquizarlo. El Ministro Lino Barañao, en intervenciones recientes en los medios, ha hablado de generar una política de Estado con respecto a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Productiva. Nosotras como investigadoras y docentes, como universitarias, pero también como ciudadanas y contribuyentes, y desde una trayectoria realizada en una provincia de la Argentina, nos permitimos realizar las siguientes reflexiones:
1.- ¿Qué se investiga y para quién?
En relación al qué, el Dr. Barañao señala tres áreas prioritarias: software, biotecnología y nanotecnología. Sin duda se trata de áreas muy importantes, particularmente si lo que se busca es modificar el perfil productivo del país en la línea de reforzar el modelo agro-minero-exportador vigente, pero sumándole el plus agregado del conocimiento y la tecnología.
Pero sucede que definir un modelo económico y, dentro del mismo, decidir prioridades, debería significar poner en marcha mecanismos de consulta, de deliberación y de resolución participativos, que permitan conocer y difundir los pro y los contra de esas decisiones; saber, por ejemplo, el destino de esas investigaciones, su impacto social y ambiental, su inserción en un plan general, sus efectos indirectos en otras áreas (si los tuviera) el carácter benéfico o perjudicial de los mismos, y, por qué no, disolver prejuicios y confrontar opiniones diversas al interior de la comunidad científica (como los que ha manifestado el ministro en relación a las ciencias sociales, en la entrevista publicada por el diario Página 12, 07/01/2007).
Con respecto al para quién se investiga, la importancia de la pregunta se revela a la luz de la práctica, devenida en habitual en la Argentina, del uso privado de los fondos públicos. Para que eso no suceda en el campo científico, debe estar claramente estipulada la relación sociedad-Estado-mercado, la índole prioritaria de las necesidades de la sociedad, la obligación del Estado frente a las mismas, y el carácter instrumental del mercado en tanto vía para la circulación de bienes y servicios, con un papel que, por su orientación hacia intereses particulares, no debe reemplazar las políticas estatales. En la entrevista que le realizara recientemente el periodista Nelson Castro, en su programa "El Juego Limpio" (TN, 10/01/ 2008), el Dr. Barañao enfatizó fuertemente el vínculo de la política científica y las empresas. No se desprende de sus palabras un interés análogo en temas prioritarios de nuestro país: pobreza, analfabetismo, desigualdad educativa, dificultades de acceso a la salud, los medicamentos, la vivienda, y otros problemas, como la crisis energética, la contaminación de ríos y napas subterráneas, la extranjerización de nuestro territorio, la inseguridad, la violencia urbana y doméstica, etc.
El Ministro nos insta a los científicos a "asumir nuestro compromiso social", pero sorprendentemente el centro de su atención parece estar puesto en el desarrollo de tecnologías orientadas a la producción, todo ello en términos empresariales. Un aspecto importante, pero parcial dentro de la totalidad compleja de la producción y distribución social de la riqueza, que sigue aguardando que, más allá de los discursos, se produzca desde las políticas estatales un replanteo estructural en el sentido de la inclusión social de la mayoría excluida de la población argentina.
Si se mira hacia el pasado reciente, las políticas científicas aplicadas en la última década nos eximen de una larga justificación de nuestros temores. Con buenos deseos e ingenuo optimismo ("parece que la cosa cambió, por decisión de la Presidenta"; "tenemos participación plena como miembro del gabinete y hemos tenido reuniones muy fructíferas" dice el ministro en la entrevista de Página 12), no se garantizan los recursos ni la voluntad política necesarios para sacudir la inercia de las actuales políticas científicas y romper con la continuidad de las anteriores.
2.- Esto nos lleva a la pregunta el cómo se investiga. ¿Cuáles son las condiciones materiales para investigar? El Ministro afirmó, en el programa "El Juego Limpio", que en la actualidad, gracias al esfuerzo de incremento en el financiamiento y en la inversión, están dadas las condicione materiales para entrar en una nueva etapa del desarrollo científico nacional. Insistió además en que, a diferencia del pasado, donde prevalecieron en el panorama científico argentino, personalidades egregias, en la etapa que se inicia ahora tenemos que "jugar deportes de equipo". Sin embargo, el ministro reconoce que el presupuesto es a penas superior al 0,4 del PBI, es decir, notablemente inferior al de países vecinos, como Chile y Brasil, donde alcanza el 0,6 y el 0,9 % respectivamente. Más allá de las estadísticas, el siniestro ocurrido el pasado 5 de diciembre de 2007 en la Universidad Nacional de Río Cuarto -explosión y posterior incendio de tambores de hexano, almacenados en un laboratorio lindante a una guardería infantil y debajo de aulas y oficinas, con el resultado de muertes de investigadores y estudiantes- habla a las claras sobre las verdaderas condiciones en las que se desarrolla la investigación en el país.
Sin priorizar el presupuesto como tema central y decisivo, no tendremos ni grandes figuras individuales de la ciencia, como las nos prestigiaron en el pasado, pero tampoco grupos y equipos entrenados para el trabajo colectivo, porque unos y otros se forman y trabajan en nuestras universidades e institutos, en las condiciones ya señaladas, que no van a cambiar sin importantes esfuerzos de financiamiento, aunque el Ministro sea bien recibido en las reuniones de gabinete y se sienta sorprendentemente "parte del Gobierno".
El anuncio de la creación del Ministerio nos invita a soñar con un uso racional de los recursos para todos los investigadores, cuyos beneficios alcancen a toda la sociedad. Pero un análisis básico del discurso del nuevo ministro nos obliga a aterrizar, y a sospechar. ¿Hay un plan de alcance nacional y pensado en términos universalistas, o vamos a continuar, bajo la apariencia de una jerarquización de la ciencia, con políticas científicas focalizadas (como en los '90)? ¿Se van a mejorar las condiciones salariales y laborales de todos los investigadores, fortaleciendo la función social del conocimiento, la formación de excelencia de los jóvenes científicos y la retención en el país de los que ya existen, o, de nuevo, se va afrontar un tratamiento dual y diferencial: condiciones de excepción para unos, muy pocos, y continuidad de "la mística" del trabajo para otros, los más.
Mientras no exista una verdadera jerarquización de la actividad científica, no sólo los científicos radicados en el exterior no van a volver, sino que, por cada uno que vuelva, se irán otros cien; y el programa de repatriación de cerebros, en el que tanto énfasis pone el Ministro, sólo será una medida con impacto mediático, con alguna relevancia para algún sector tecnológico y empresarial particular, pero ningún impacto social.
Planteemos correctamente un programa global, definido democrática y participativamente, que responda a las preguntas de: qué investigar, cómo y para quién; y contribuyamos a poner a la Argentina de pie.
Cristina Romagnoli, Socióloga, Mgter. en Epistemología y Metodología de la Investigación Científica y Técnica, Profesora Titular, Universidad Nacional de Cuyo.
Mabel Cardello; Socióloga; Profesora Titular (jubilada); Ex Directora de la Carrera de Sociología, FCP y S, Universidad Nacional de Cuyo.
Estela Fernández Nadal; Dra. en Filosofía; Investigadora Independiente del CONICET; Profesora Titular, Universidad Nacional de Cuyo.
Entrevista con el Dr Barañao
El 5 de febrero de 2008 solicitamos una entrevista al Ministro de CyT, Dr Lino Barañao, con el fin de intercambiar ideas acerca de las políticas CyT a implementar, y cuyos puntos a tratar difundimos entre el 5 y 6 de febrero de 2008.
Estamos a la espera de la respuesta del Ministro.