Proyectos y Consecuencias
El conocimiento constituye un instrumento para el desarrollo, pero no por el hecho de poseerlo, sino de aplicarlo. Ahora analicemos brevemente las consecuencias de utilizar, o no, el conocimiento disponible. Para ello, recurrimos a dos ejemplos antagónicos.
Ejemplo 1:
En nuestro país hay un espacio en donde varios organismos de CyT interactúan con empresas públicas y algunas privadas, en el cual participan el INVAP, la CNEA, la CONAE, AR-SAT, Facultades de Ingeniería, etc., que han sido capaces de construir distintos tipos de satélites, reactores nucleares de baja potencia, radares, equipos de telemedicina, construcción de complejos sanitarios, equipos de radioterapia, turbinas eólicas, robots, métodos para recuperación de efluentes tóxicos, desarrollado ingeniería de procesos químicos en escala etc.
La consecuencia de haber desarrollado esos proyectos, y muchos otros, ha instalado en nuestro país una autonomía tecnológica en distintas áreas y ha permitido una expansión genuina y sustentable de una parte del sector CyT, cuyos efectos directos han sido, entre otros: a) sustitución de importaciones; b) generar tecnologías para resolver problemáticas propias; c) absorber mano de obra calificada en muchas áreas del conocimiento, tanto en ciencias básicas como aplicadas (físicos, ingenieros en campos diversos, químicos, biólogos, matemáticos, computadores científicos, expertos en informática, etc.); e) exportación de sus productos d) generar puestos de trabajo directos, e indirectos, etc.
Como un ejemplo del impacto sobre este último punto veamos el caso del INVAP.
Esta empresa estatal de la provincia de Río Negro donde trabajan alrededor de 1.000 personas y vive de lo que hace sin tener beneficios fiscales de ningún tipo, tiene como proveedores activos entre 300 y 400 Pymes, muchos proveedores unipersonales y también algunas empresas grandes. El INVAP estima que el 80% de sus provisiones vienen de Pymes + Unipersonales (datos suministrados por INVAP). Además, cuando es necesario, el INVAP ayuda a las Pymes a alcanzar los niveles de calidad necesarios. Ver en: http://www.unsam.edu.ar/tss/la-industria-de-defensa-trae-mucha-innovacion-tecnologica/-.
Conclusión: Las necesidades públicas (sean radares, satélites o medicamentos), por sus características complejas, necesitan de proyectos interdisciplinarios para su resolución que -al implementarse- resuelven el problema y, además de lo expresado arriba, vinculan instituciones de saberes diferentes atenuando la fragmentación existente, un problema estructural en CyT en nuestro país.. .
Esos radares o satélites se pudieron hacer porque hubo una escuela previa en las distintas ramas de la física y las tecnologías asociadas. Quizás para comprenderlo basta con señalar algunos nombres como Gaviola, Balseiro, Beck, Sabato, Giambiaggi, y hoy a Varotto (CONAE), Antúnez (NA-SA) y Otheguy (INVAP), por mencionar algunos..
Ahora, veamos la contraparte.
Ejemplo 2:
Las ciencias biomédicas son, junto a la física, una de las áreas más desarrolladas en nuestro país en donde también hubo escuela, y muy buena. Como ejemplo veamos algunos pioneros: Houssay, Leloir, Mazza, Malbrán, Sordelli, Parodi, Lanari, De Robertis, Taquini, y muchos otros. Sin embargo, a despecho de la historia, cabe mencionar que desde las ciencias biomédicas poco se ha contribuido para generar un desarrollo independiente. Pero esto no es por falta de capacidades, que las hay.
La deficiencia hay que buscarla en las políticas desplegadas en los últimos cincuenta años porque, a diferencia de la CNEA, la CONAE, el INVAP o la NA-SA, que son organismos o empresas públicas de alto nivel tecnológico que utilizaron el conocimiento disponible para sus actividades, las distintas gestiones en Salud en las últimas décadas dejaron de incentivar o promover la producción de productos biomédicos, aproximadamente desde la década del 60´. Una obra que tuvo en sus orígenes a referentes como Carlos G. Malbrán, Alfredo Sordelli e Ignacio Pirosky, entre otros.
Hoy, el espectro de productos que podrían producirse se ha ampliado pero no vemos ninguna decisión tendiente a revertir esa situación en rubros como, por ejemplo: vacunas, reactivos de laboratorio para uso hospitalario; anticuerpos monoclonales para diagnóstico o terapéutica; reactivos para determinar grupos sanguíneos y factor Rh; diferentes kits utilizados para diagnóstico e investigación; producción de distintas citoquinas, explotar las tecnologías de ADN en distintos campos y, créase o no, también guantes de látex esterilizados. Estos son sólo algunos ejemplos de insumos de uso rutinario, masivo y de alto costo (salvo los guantes).
La ausencia de proyectos de producción pública en el área biomédica, además, constituye una barrera infranqueable para el desarrollo de otras áreas potentes como la química, la bioquímica, la biotecnología, ingenierías de procesos, entre otras, así como a la imposibilidad de absorber profesionales formados en el país ni generar fuentes de trabajo indirectas, como las Pymes, que son las que más puestos de trabajo generan, a nivel nacional..
Por otra parte, esa ausencia de proyectos productivos sólidos e integrados es una de las causas del déficit comercial, que recalienta la RESTRICCIÓN EXTERNA (falta de divisas), quizás el principal problema que afecta a las políticas económicas inclusivas que se intentan desarrollar en distintos países subdesarrollados de Latinoamérica, incluido el nuestro.
No incluimos medicamentos (déficit comercial de 1.700 millones de dólares/ año) porque es un tema que hemos difundido hasta el hartazgo y, por otra parte, a tres años de promulgada la Ley 26.688, ésta aún no ha sido reglamentada por el Ministerio de Salud de la Nación, ley que es importante decirlo, también contempla la producción pública de productos médicos, y no sólo de medicamentos.
Todo esto amerita sobradamente la creación de una Empresa Estatal dirigida a la producción e investigación tecnológica en biomedicina, rubro en donde prácticamente todos los insumos son importados y ni siquiera hay empresas de capitales argentinos que se ocupen de esa temática. Más aún, ni se ocuparán, porque la mayoría no tiene infraestructura para hacerlo.
Estos son sólo dos ejemplos que implican dos caminos diferentes. Proyectos como el del Ejemplo 1 conducen a generar una expansión genuina en CyT que, sobre la base del desarrollo de proyectos estratégicos no sólo resuelve necesidades sino que construye inclusión social y soberanía. En cambio, en casos como el del Ejemplo 2, con una pasividad de décadas sólo consolida la dependencia y la imposibilidad de un desarrollo nacional basado en la apropiación pública del conocimiento disponible.
Por lo tanto, de no modificarse estas políticas, desde las ciencias biológicas seguiremos contribuyendo al "conocimiento universal", o confeccionando papers, pero sin utilizar el conocimiento que se derive de ellos, como decía el economista español Fernando García Quero: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6971.
Cabe mencionar que dos años atrás, y tomando como referencia al INVAP, decíamos que era necesario generar un INVAP en biomedicina. Ver en:
Porque, otro sería el panorama si desde el Estado se generaran proyectos en áreas estratégicas,
TRENES
La Comisión de Desarrollo Tecnológico de Carta Abierta invita a la tercera reunión del Foro de Discusión 2014
"La Centralidad del Estado en el Desarrollo Productivo". Transporte Ferroviario
Reflexiones sobre el desafío que implica tener el sistema ferroviario que el país necesita. Lunes 23 de junio, 19 hs, Biblioteca Nacional, Sala Augusto Cortázar
Participantes:
Alberto Müller - Centro de Estudios Sobre Población, Empleo y Desarrollo, Facultad de Ciencias Económicas (UBA)
Norberto Crovetto - Profesor de Teoría del Crecimiento Económico, Facultad de Ciencias Económicas (UBA). Ex Director Nacional de Inversión Pública (ME)
Coordinación: Eduardo Dvorkin, Profesor Titular, Facultad de Ingeniería (UBA). Miembro de Carta Abierta.