Introducción
Algunos problemas estructurales del área CyT se caracterizan por tener como causa la forma de organización del mismo sector que, luego -de distintas maneras- repercute sobre el conjunto, impidiendo un desarrollo pleno del potencial CyT que tenemos en nuestro país.
Problema Estructural / Consecuencias
En los últimos años hubo avances notorios en el sector CyT. Entre ellos podemos mencionar la creación del Ministerio de CyT, las mejoras salariales, el mayor número de becas ofrecidas, la mayor cantidad de subsidios otorgados así como los montos asignados a proyectos de investigación o los dedicados a obras de infraestructura. Sin duda, hechos importantes y absolutamente necesarios.
Sin embargo, es importante no perder de vista que en CyT existen problemas organizativos serios que suelen generar efectos sistémicos indeseables que pueden llevar al fracaso a cualquier intento de resolver problemáticas complejas, más allá de las buenas intenciones y/o fondos que se dispongan.
Uno de los mayores problemas estructurales que se presentan actualmente en CyT en nuestro país es:
La fragmentación institucional en los Organismos de CyT y las Universidades
Más allá de algunas excepciones, los Organismos CyT y las Universidades funcionan como compartimientos estancos, con poca o ninguna articulación entre ellos, o con la sociedad que los financia.
Esta falta de articulación, sumado a la ausencia de un programa amplio de políticas públicas que involucren la incorporación de conocimiento, lleva a que las instituciones generen políticas endógenas, encapsuladas a cada organismo, que finalmente resultan poco útiles, o ineficientes.
Esta fragmentación, o ausencia de coordinación entre las instituciones, se observa nítidamente cuando se intenta abordar cualquier problema que necesite de conocimiento interdisciplinario para su resolución.
No vamos a abundar en abstracciones, sólo ilustraremos muy brevemente con tres ejemplos de proyectos públicos no resueltos y directamente asociados a la fragmentación existente, así como las consecuencias de no abordarlos.
Mal de Chagas: Con alrededor de 2- 4 millones de personas infectadas -según distintas fuentes-, NUNCA hubo un plan sistemático, con continuidad, y coordinado a nivel nacional para erradicar la vinchuca (insecto transmisor de la enfermedad), como lo han hecho Brasil, Uruguay, Chile y Guatemala. ¿ Por qué sucede esto ?
Puede no haber interés, en cuyo caso no se va a modificar nada. Pero si lo hay, difícilmente se pueda resolver en el marco de la organización actual. En efecto, porque cada provincia afectada por el mal de Chagas suele fumigar -si fumiga- por su lado y por decisiones propias, pero no necesariamente en forma coordinada con otras provincias. Por otra parte, el Ministerio de Salud tiene su Programa propio, aunque poco articulado con los contextos provinciales y; en CyT, las investigaciones están más orientadas a conocer sutilezas sobre la biología, o particularidades del parásito, que a la resolución del problema, etc. En síntesis, la fragmentación es total. Por otra parte, acá se precisan también arquitectos, ingenieros, asistentes sociales, etc, pero habitualmente no se los menciona.
Entonces, ¿ cuál es la causa de que un gasto seguramente muy importante en Chagas durante años, se traduzca en muy magros, o nulos, resultados obtenidos a lo largo de, por lo menos, cincuenta años ?.
En principio, esto se debe a que no hay un plan integral y abierto a otras instituciones para abordar el problema. Entonces cada ámbito (sea de salud, de CyT o de cualquier otro) camina por andariveles separados sin articular el conjunto. Por eso, si se pone dinero sería mejor organizarse un poco e intentar confeccionar un Plan Nacional de erradicación de la vinchuca que, de ninguna manera puede quedar limitado al Ministerio de Salud. Este ministerio podría liderar el Programa, pero con consensos amplios y no limitados a su propio entender. De otra manera, de no modificarse nada, podremos tener la mejor voluntad política pero seguiremos tomando medidas aisladas y gastando mucho dinero, pero sin obtener resultados importantes. Sólo algunos hechos anecdóticos, pero no mucho más.
Arsénico en aguas para consumo: Alrededor de cuatro millones de personas en nuestro país están afectadas por los niveles de arsénico en aguas para consumo, un tóxico con diversos efectos en salud. El INTI tiene tecnología apropiada para resolver el problema desde poblaciones de 500 personas sin energía eléctrica hasta ciudades de 100.000 habitantes. Sin embargo, más allá de las acciones encomiables y concretas que el INTI venía mostrando en la gestión del Ing Enrique Martínez, lo razonable hubiera sido que esos proyectos se potenciaran con la intervención de los Ministerios de Salud, de CyT, de las Universidades, etc. Pero eso tampoco sucedió. Entonces, un proyecto que expandido a nivel nacional podría tener consecuencias realmente impresionantes, queda casi como una nota de color.
Medicamentos: En muchas oportunidades hemos fundamentado que el proyecto de Producción Pública de Medicamentos (PPM) es esencial para resolver problemas de envergadura en nuestro país, con fuerte impacto en salud y en CyT. Hubo apoyos de la Presidenta de la Nación, del INTI, de los los ministerios de Defensa y de CyT, de algunas universidades y salió la Ley 26.688 en julio de 2011 votada por unanimidad en Diputados y Senadores. Pero, a pesar de ese marco contundente, estamos en el noveno mes de su promulgación y el ministro de Salud, Juan Manzur, todavía no ha reglamentado la Ley, ni sabemos qué está pasando. Y esto lleva ya casi cinco años si consideramos el inicio en setiembre de 2007, cuando se constituyó la Red Nacional de Laboratorios de PPM con la coordinación de la ex Secretaría de CyT.
En síntesis: todos apoyan el proyecto, no hubo ninguna expresión explícita en contra. Como para festejar un logro importante, pero la reglamentación de la Ley no sale y, obviamente, no se puede expresar en todo su potencial.
No queremos agobiar pero hay muchos otros ejemplos. Entre otros, la ausencia de estudios dirigidos a generar un bancos públicos de semillas, la producción de vacunas, insumos médicos y reactivos hospitalarios, a resolver problemas de desertificación y erosión de suelos, a regular el uso y control de agroquímicos, a plantear una minería sustentable con incorporación de CyT local, energía, educación, la activación de astilleros Río Santiago para la construcción de buques de carga, etc. Todos ellos proyectos necesarios de implementar y dinamizadores, que incorporarían personal calificado. Pero pasa muy poco en algunos, y nada en otros.
Algunos dicen que esto se debe a problemas políticos o por presión de corporaciones, aspectos que en algunos casos es real. Pero, nos preguntamos ¿ qué problemas políticos o presión de corporaciones pueden tener proyectos para sacarle arsénico al agua, o para erradicar la vinchuca ?.
Estos no son problemas políticos o corporativos. La causa acá hay que buscarla en desinterés, ineficacia, negligencia o en no reconocer problemas o la potencialidad que generaría su activación, entre otras cosas, y no atribuirlo a cuestiones conspirativas que, luego, nadie caracteriza.
Sintetizando, en la actualidad -salvo escasas pero muy honrosas excepciones- no existen proyectos nacionales coordinados y de envergadura tendientes a resolver problemáticas públicas en diferentes áreas, en donde hay capacidad instalada y conocimiento para hacerlo.
Pero es justo rescatar la actividad del INVAP, la CONAE, la CNEA, y otros, en el desarrollo de proyectos estratégicos que, muy bien articulados, han resuelto exitosamente la construcción de reactores nucleares, radares, satélites, etc. Y es justo rescatarlos no sólo para mostrarlos, sino para tomarlos como ejemplo de lo que se puede -y debe- hacer.
La fragmentación también se puede ver en las universidades. Para ello nos remitimos a dos artículos:
Uno del sociólogo Pablo Kreimer- http://www.plazademayo.com/2011/05/universidades-lejos-de-la-excelencia/ , que remata su artículo diciendo: "Curiosamente, la "cuestión universitaria" es uno de los temas que está bastante ausente de las agendas de discusión de los últimos años y, sin embargo, es uno de los temas claves en cualquier proyecto de futuro. El Estado, tan mentado en los últimos tiempos, parece haber dejado librada la cuestión a la autonomía de actores que persiguen más sus objetivos que los de la sociedad".
El otro artículo pertenece al Rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto, Marcelo Ruiz, - http://www.argenpress.info/2011/03/por-una-nueva-universidad.html -. En un fragmento del mismo dice: "Ausencia de la Universidad, como voz institucional, revelada en la falta de posicionamientos críticos y propuestas alternativas comunicados abiertamente, frente a graves situaciones sociales como son la inequidad y la injusticia social, el hambre y la precarización laboral, el vaciamiento de los sistemas públicos de salud, la exclusión en el sistema educativo de las grandes mayorías, la violación a los derechos de los pueblos originarios y la degradación y depredación del ambiente".
En otra parte de su artículo, Ruiz manifiesta: "… Las marcas de estas ausencias y la pérdida de legitimidad social de la Universidad como voz pública, configuradas como crisis institucional, es la resultante -en parte- de las políticas de mercantilización que se desataron con vigor a partir de los ´90, y que fueron impuestas al espacio público en su conjunto y a la educación superior en particular y en la cual, aun hoy, persisten sus núcleos duros de diseño y ejecución".
Esta ineficacia en la resolución de problemáticas públicas no viene sola sino que, además, tiene consecuencias muy profundas. Veamos una de las más importantes, la incapacidad de absorción de profesionales calificados.
En efecto, qué hacemos ahora con la enorme cantidad de científicos/ tecnólogos formados en el país en las distintas áreas del conocimiento y que no tienen salida laboral. Así, sólo en el CONICET en el año 2011 quedaron afuera del sistema más de 1500 profesionales con el doctorado hecho. Y esto es poco con los que van a quedar excluidos los próximos siete u ocho años. En otras palabras, sin desearlo, estamos promoviendo la "fuga de cerebros" cuando podríamos incorporarlos a proyectos públicos necesarios y variados, en donde los mencionados arriba son unos pocos ejemplos. Esa sería una forma de transferencia de conocimiento a sociedad, de la que tanto se habla y tan poco se hace. Detalles en: http://www.grupogestionpoliticas.blogspot.com/2011/12/reflexiones-2011-becarios.html.
Para ilustrar el tema de la "fuga de cerebros" veamos un ejemplo real en donde se ven las consecuencias nefastas que desencadena.
Así, el investigador chileno Miguel Rojas Mix decía: " ... Por ejemplo, en Haití el 84 por ciento de los profesionales formados por la universidad se van a trabajar afuera. Y son profesionales cuya formación ha pagado el país más pobre de América, esto quiere decir que un país pobre está subvencionando a los países ricos con materia gris. Por eso hay que dar un salto muy importante hacia adelante para retener a nuestros profesionales.
Hoy en día empieza a haber en Europa una carencia de generaciones jóvenes universitarias que ocupen puestos profesionales, y por eso tiende a recuperar de España y América Latina esos profesionales que les hacen falta. En EE.UU. hay una situación parecida, porque allí hay una cooptación de profesionales que vienen de la periferia enorme: hay más médicos de Ghana en EE.UU. que en el continente del que provienen, y Africa sí que necesita médicos".
Artículo completo en: http://www.pagina12.com.ar/diario/universidad/10-105766-2008-06-10.html .
Ahora veamos cuál es la visión -y el diseño de políticas- en los países desarrollados.
Allá por el año 1961, Dean Rusk (Secretario de Estado de EEUU 1961-1969), en un discurso ante el Congreso norteamericano para captar científicos decía: "Nuestro país posee la rara oportunidad de atraer inmigrantes de gran inteligencia y capacidad de otros países. Si es bien administrada, la inmigración se podrá transformar en uno de nuestros más importantes recursos nacionales".
Claro y contundente. En tres líneas define una concepción estratégica de CyT. Obviamente, para los norteamericanos.
Volviendo al artículo de Rojas Mix -escrito en el 2008-. En un fragmento de ese texto decía: "…empieza a haber en Europa una carencia de generaciones jóvenes universitarias que ocupen puestos profesionales, y por eso tiende a recuperar de España y América latina esos profesionales que les hacen falta".
Ahora veamos como ese análisis de Rojas Mix se anticipó a las políticas desplegadas actualmente por Alemania, en donde se da la bienvenida y todo tipo de facilidades al talento extranjero. En efecto, en Alemania se están implementando políticas dirigidas a la captación de miles de profesionales extranjeros calificados, para su propio desarrollo. Y no sólo científicos, hasta curas andan buscando. Y esto no es una metáfora, véalo en: http://www.lanacion.com.ar/1362478-alemania-da-la-bienvenida-al-talento-extranjero-.
Por eso, cuando conseguimos alguna beca/ pasantía/ residencia en algún país del primer mundo, más allá del orgullo o la satisfacción personal del receptor, a veces en el imaginario colectivo suele instalarse un triunfalismo, a veces no exento de patrioterismo, en relación a la calidad de profesionales que se forman en nuestro país.
Sin embargo, no tendríamos que ser tan jactanciosos, o tan ingenuos, porque, si comprendemos cabalmente las palabras de Dean Rusk, o lo que está sucediendo en Alemania, las habilidades de esos países de incorporar personal calificado es equivalente, aunque en sentido contrario, a la "fuga de cerebros" nuestra. Y eso es preocupante porque tiene un costo social y económico enorme.
Soluciones posibles
Una de la soluciones más razonables sería plantearse modificar la organización del sector CyT. Para ello, sólo bastaría con ajustarse a las leyes vigentes. Veamos.
Los organismos de CyT en nuestro país están distribuidos en la jurisdicción de ocho (8) Ministerios. Curiosamente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología sólo tiene bajo su jurisdicción al CONICET.
Sin embargo, existe un organismo ad hoc para la conciliación de políticas nacionales, el Gabinete Científico Tecnológico (GACTEC).
Este organismo es el responsable de establecer las políticas en CyT en nuestro país (Ley Nº 25.467, art. 8). Originalmente conducido por el Jefe de Gabinete, desde el 2007 el presidente y coordinador ejecutivo es el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
El GACTEC está formado por todos los Ministros y Secretarios de Estado dependientes del Poder Ejecutivo, cuyos ministerios o secretarías tengan bajo su jurisdicción a organismos de CyT.
Es un organismo fundamental para la integración y coordinación de políticas porque atraviesa a todos los Ministerios que tienen organismos de CyT, y es el ámbito donde se deben conciliar, definir y coordinar políticas para la ejecución de proyectos estratégicos nacionales.
Además, -por ley-, cuenta con el apoyo del Consejo Federal de CyT (COFECyT), el Consejo Interinstitucional de CyT (CICyT) y, además, tiene la facultad de convocar a todos los organismos de CyT de las Provincias, de las Universidades Nacionales para intercambiar ideas, asesorarse, conciliar y formular políticas de alto impacto social. Por otra parte, tiene una Comisión Asesora integrada por personalidades relevantes en distintas áreas del conocimiento.
Ya desde el año 2006 y en numerosas oportunidades, sugeríamos la necesaria activación del GACTEC. Algunas veces se han reunido, pero no han generado políticas adecuadas para instalar los proyectos nacionales necesarios.
Por eso, como la articulación de saberes es central y fundamental -si es que consideramos estratégica a la CyT-, el GACTEC debe activarse. Porque su inoperancia actual es un serio escollo para implementar proyectos estratégicos en diferentes áreas y, además, genera una serie de problemas puntuales.
Al principio de la gacetilla decíamos que algunos problemas estructurales pueden tener como causa una forma de organización que -de distintas maneras-, impide el desarrollo del potencial CyT que poseemos.
Ahora, como conclusión, podemos decir que si la organización del sector CyT continúa fragmentada y no hay voluntad de modificarlo, el futuro -inexorablemente- no será promisorio.
Por eso, sería importante abrir el juego a la discusión de problemáticas públicas, fortalecer los debates y el intercambio de ideas con todos los actores sociales, políticos y científicos. Tanto como para generar consensos, plantearse proyectos y poder articular la ciencia y la tecnología en la resolución de necesidades propias y en el marco de una política de Estado.
Un aspecto necesario e insoslayable por las profundas consecuencias que de ahí se derivan.
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