martes, 21 de diciembre de 2010

Reflexiones 2010 - Aspiraciones 2011

Reflexiones 2010

En los últimos años hubo avances notorios -no vistos anteriormente- en el sector CyT como la creación de Ministerio (MinCyT), las mejoras salariales, el mayor número de becas ofrecidas y la mayor cantidad de subsidios otorgados así como los montos asignados a proyectos de investigación.

Por otro lado, las políticas del MinCyT continuaron sustentándose, esencialmente, en articular emprendimientos productivos entre el sector privado y el público, sobre la base de proyectos generados en el sector privado y financiados o subsidiados por el sector público. Además, dentro de las políticas prioritarias del MinCyT, se siguió impulsando a áreas como biotecnología, nanotecnología y software.

Pero también han quedado asignaturas pendientes como, por ejemplo, en lo laboral no haber equiparado a los becarios a la condición de investigadores en formación, hecho que les permitiría acceder a tener los beneficios de cualquier trabajador, entre otras cosas.

Pero, quizás, una de las carencias más conspicuas en el sector científico-tecnológico sea su agenda social.

En efecto, no conocemos que desde CyT haya proyectos de envergadura que tengan como actor o receptor principal al sector público.

Esto, además de ser una carencia inexplicable es, en parte, la razón que impide formar un sistema CyT sólido y sustentable. Porque no actuar sobre necesidades propias impide la generación de vinculaciones interinstitucionales y bloquea una expansión racional del sector que permita absorber los RRHH generados, hecho que ya se está empezando a manifestar con becarios desplazados y futuro incierto -como los 191 evaluados favorablemente y que no han podido ingresar a la Carrera del Investigador del Conicet-. Ver en: http://www.conicet.gov.ar/webfiles/2010/12/Concurso_Ingreso_CIC.pdf .

Porque hoy ya tenemos más doctores, que era uno de los objetivos iniciales planteados a principios de 2004, pero ahora hay que incorporarlos. De otra manera, vamos a repetir la vieja historia de la “fuga de cerebros”.

Y esto no es otra cosa que la consecuencia de no tener políticas coordinadas en un sector muy disperso. En efecto, los organismos de CyT dependen de siete Ministerios diferentes, o de ocho si consideramos que las universidades dependen administrativamente de Educación. Hay un mecanismo de coordinación adecuado que está expresado en la Ley Nº 25.467, pero obviamente no ha funcionado.

Por otra parte, recientemente el MinCyT creó el Programa “Recuperación del pensamiento científico-tecnológico Latinoamericanocon el fin de recuperar la memoria histórica de emprendedores y pensadores que entre los años 50 y 70 concretaron proyectos orientados a lograr una capacidad autónoma en tecnología en Latinoamérica. Entre ellos estaban: Jorge Sabato, Amílcar Herrera, Oscar Varsavsky, Carlos Martínez Vidal, Helio Jaguaribe, José Pelucio Ferreira, Máximo Halty-Carrère, Víctor Urquidi, Francisco Sagasti y Miguel Wionzcek, etc.

El desarrollo de ese Programa es importante porque es parte de nuestra historia. Pero, más allá de su importancia intrínseca, no deberíamos quedarnos sólo en la reconstrucción nostálgica de esa historia.

Porque el mejor homenaje que podríamos hacerle a todos esos emprendedores sería poder montarnos sobre sus hombros e intentar generar políticas adecuadas al tiempo que nos toca vivir, que tiene connotaciones políticas, económicas y sociales diferentes a los planteados en esa época.

Aspiraciones 2011

Una de las aspiraciones principales para el 2011 es que se revierta esa escasa agenda social del sector CyT.

Nos preguntamos: ¿ cuáles son los problemas que no permiten implementar, por ejemplo: la producción pública de medicamentos, de vacunas, de insumos médicos, la eliminación de vinchucas para atenuar la incidencia del mal de Chagas, eliminar arsénico de aguas para consumo, el saneamiento de cuencas fluviales, el control del uso de agroquímicos, generar polos tecnológicos públicos en donde se pueda producir, por ejemplo, anticuerpos monoclonales, proteínas recombinantes, productos químicos de síntesis, etc ?. Todos ellos, desarrollos de aplicaciones múltiples que permitirían utilizar racionalmente el conocimiento existente y activar la capacidad potencial que subyace en los organismos de CyT y en las universidades nacionales.

Además, otros desarrollos que podrían implementarse en forma intensiva a nivel nacional y/o regional son los propuestos por el INTI en diversos rubros como: discapacidad, agropecuarios, textiles, medio ambiente, asistencia a cooperativas y empresas recuperadas, abastecimiento básico comunitario, gestión integral de residuos sólidos urbanos, unidades productivas tipo, cadenas de valor artesanal, planes de integración de la comunidad al sistema productivo, por mencionar sólo algunos. Ver en http://www.inti.gov.ar/ .

Todos ellos relevantes y contundentes aunque, generalmente, de aplicación focalizada o limitados a la capacidad institucional del INTI, pero que con una decisión política de alto nivel deberían expandirse.

Porque movilizar capacidades como las del INTI -y obviamente de otros organismos CyT y universidades-, sería una señal objetiva de que empezamos a comprender que CyT es un sector estratégico.

Todos sabemos que los problemas habitualmente se resuelven desde la Tecnología, y sólo excepcionalmente desde la Ciencia. Y el INTI es la institución que podría actuar como efector en muchas áreas, por su capacidad operativa multidisciplinaria y por su calidad institucional.

Sin embargo, en el 2009 el INTI tenía el 5º presupuesto dentro de los organismos nacionales de CyT luego del CONICET, el INTA, la CNEA y la CONAE y con, aproximadamente, un 15% de lo que recibe el más grande -Conicet-.

Y pensamos que una expansión del INTI, fundamentada sobre la base de resolver necesidades propias es imperativo porque, además de solucionar problemas se constituiría en un formidable mecanismo de tracción a todas las áreas y niveles del conocimiento, permitiendo ampliar racionalmente un sector CyT, hoy débil, fragmentado y poco útil.

Otra carencia importante en CyT es que en algunos casos no ha habido una comunicación precisa, veraz, o adecuada hacia la comunidad. Veamos un ejemplo.

Lo que ha pasado con la Producción Pública de Medicamentos (PPM), un proyecto estratégico planteado desde la actual gestión el Gobierno, es un caso claro. Así, mientras el Gobierno promovió e inició este proyecto, desde que asumió como ministro de Salud el Dr Juan Manzur, éste operó en sentido contrario, desactivándolo. Y no hubo ninguna explicación.

Y esto no es una cuestión menor. Porque proyectos como la PPM, que tuvieron una decisión política del Gobierno para implementarlo y en los que mucha gente e Instituciones se involucraron, finalizó diluyéndose u ocultándose por decisión de un funcionario, generando un efecto inverso al originalmente esperado y consolidando el desaliento y/o la desconfianza, aspectos que, luego, son muy difíciles de revertir.

Porque desde CyT hay que empezar a dar respuestas orgánicas a las problemáticas nacionales/ regionales, sean estas estratégicas, sociales o económicas. Porque en muchos rubros hay como hacerlo, y no se hace.

Y sería importante hacerlo porque, de esa manera, podríamos revertir los principales problemas que aquejan al sector y que fueron claramente expresados por el Dr Diego Hurtado (*): la debilidad crucial del complejo científico-tecnológico argentino es política e institucional”,

Por eso, semanas atrás proponíamos la generación de un Foro Permanente de discusión de políticas en ciencia y tecnología, en el marco del mismo MinCyT. No para hacer “oposición”, como muchos piensan, sino como una manera de poder interactuar, y poder construir.

-http://grupogestionpoliticas.blogspot.com/2010/11/propuesta-agenda-procedimiento.html-.

Por último, días atrás el ministro de CyT, Dr Lino Barañao, encabezó el acto de cierre de las mesas de trabajo del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2011-2014.

Según dice en la web del MinCyT, esas mesas fueron conformadas por más de 300 especialistas en diferentes áreas. No conocíamos de esa convocatoria -que suponemos no ha sido abierta sino por invitación- ni de los ejes que se habrán planteado para CyT en los próximos 4 años. De cualquier manera, cuando conozcamos el Plan, en los primeros meses de 2011, seguramente también conoceremos a los que participaron, así como los aportes que hicieron. Ver en: http://www.mincyt.gov.ar/noticias/noticias_detalles.php?id_noticia=25 .

En esa ocasión el ministro Barañao dijo “que lo que va a dar continuidad a las políticas de Estado, además de la planificación a mediano y largo plazo, es tener la capacidad de proponer soluciones a los problemas que enfrenta la sociedad.

Esperamos que así sea.

(*) Diego Hurtado - “La Ciencia Argentina” -http://www.cuspide.com/isbn/9876280856- .

Felicidades a Todos - Volvemos en Febrero de 2011.

lunes, 13 de diciembre de 2010

"LA CIENCIA ARGENTINA"

Introducción

Durante el año 2008 difundimos varios artículos de opinión en donde sus autores reflejaban distintos aspectos -aún vigentes- relacionados al sector CyT en nuestro país y, además, sugerían implícita o explícitamente algunas propuestas para su solución.

Algunos de esos artículos fueron los siguientes:

“Una política científica integral” de la Dra Susana Murillo (http://www.pagina12.com.ar/diario/universidad/10-100078-2008-03-04.html).

"Viejas Preguntas para el nuevo Ministerio" de las Dras Cristina Romagnoli, Mabel Cardello y Estela Fernández Nadal (http://www.losandes.com.ar/notas/2008/3/24/opinion-350797.asp)

"Una brújula posible para hacer ciencia hoy en la Argentina" del Dr Alberto Kornblihtt (http://www.clarin.com/diario/2008/02/25/opinion/o-01901.htm)

“Además de las retenciones” del Ing Enrique Martínez (http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-3552-2008-07-13.html)

"Nuestra ciencia necesita algo más" del Dr Diego Hurtado (http://www.clarin.com/diario/2008/08/28/opinion/o-01747715.htm ) .

LA CIENCIA ARGENTINA

Recientemente, uno de los autores arriba mencionados -Diego Hurtado- (*) ha publicado el libro:

“LA CIENCIA ARGENTINA”

Un proyecto inconcluso 1930-2000

Ahí Diego Hurtado hace una recorrida histórica acerca de la generación de las principales instituciones en CyT en nuestro país, en donde nos muestra a los diferentes actores -políticos, científicos, tecnólogos, etc- ligados tanto a los avances como a los retrocesos en el área de ciencia y tecnología en Argentina.

Según el autor, la hipótesis que motiva el libro “puede formularse brevemente: la debilidad crucial del complejo científico-tecnológico argentino es política e institucional.

Esa debilidad tiene para Hurtado -sobre todo desde la vuelta de la democracia- por lo menos, una causa. Así, se pregunta: “¿Cómo es posible formular políticas para este sector si se desconocen las trayectorias de sus instituciones, las consecuencias del impacto que tuvieron sobre su desempeño las variadas formas de inestabilidad económica y política características del siglo XX, o la evolución de sus contactos con otras esferas de la actividad social ?”.

En otra parte de la Introducción hace mención a que durante décadas, en el campo académico y en el político, quienes se dedicaron a pensar y elaborar políticas en CyT fueron sucesivamente hipnotizados por los casos de Alemania, Estados Unidos, Japón o Corea del Sur, o más recientemente por Finlandia, Irlanda e Israel. Y que las políticas públicas en CyT descansan en fórmulas que toman atributos de otros sistemas e intentan incrustarlos en los procesos institucionales locales.

Y toma posición frente a esto cuando dice: “… hoy resulta obvio que no es lo mismo hacer investigación y desarrollo en Rosario, Quito o Caracas que en California, Berkeley o Tokio. Es decir, el conocimiento científico y tecnológico no nace universal. Nace local. La ciencia y la tecnología como prácticas sociales no se universalizaron (mundializaron) por el poder de la verdad científica. Tampoco fue éste fue un proceso altruista y espontáneo”.

Y plantea que, como prácticas sociales, las actividades CyT “. . . involucran procesos “densos” de significado que no son susceptibles de ser aprehendidos por marcos teóricos universales, o reorientados a partir de transferencias automáticas de otras realidades nacionales”.

Concluye diciendo: “La historia de las políticas científicas y tecnológicas en la Argentina conoce de estos fracasos y todavía se pregunta qué hacer con las universidades y las instituciones públicas de investigación y desarrollo, cómo producir conocimiento que se integre al sector productivo o resuelva problemas sociales, cómo evitar la fuga de cerebros”.

Al final de la Introducción y a modo de reflexión, expresa: “…este libro intenta mostrar algunos indicios a favor de la hipótesis de que las razones del subdesarrollo científico y tecnológico -en Argentina- . . . . .deben rastrearse en el nivel de la falta de competencias para la formulación y ejecución de políticas y, como consecuencia, de instituciones poco adecuadas a las necesidades extremas determinadas por un campo de fuerzas de dependencia estructural.

Sintetizando, pensamos que “LA CIENCIA ARGENTINA” ilustra sobre aspectos poco conocidos de la evolución del sector CyT en nuestro país, hecho que nos permite ampliar y profundizar la mirada, brindándonos instrumentos necesarios tanto para definir las políticas en CyT, así como para instrumentar su planificación.

Los interesados pueden encontrar el libro en la cadena Cúspide: http://www.cuspide.com/isbn/9876280856 , o en Librerías Santa Fe: http://www.lsf.com.ar/libros/85/CIENCIA-ARGENTINA-LA/, entre otras.

(*) Diego Hurtado es doctor en Física de la UBA y profesor de Historia de la Ciencia en la UNSAM, donde dirige el Centro de Estudios de Historia de la Ciencia José Babini. Es investigador de CONICET en Historia de la Ciencia en América Latina y profesor en la maestría de Política y Gestión de la Ciencia de la UBA. También es conductor de la serie de documentales Territorios de Ciencia, en Canal Encuentro.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

MinCyT - CILFA - Díaz - Manzur

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Este texto se difunde a: Presidencia de la Nación, Jefatura de Gabinete, Ministerios de Educación, Salud, Defensa, Cancillería, Ciencia y Tecnología, Ministerios de Salud Provinciales, ANMAT, Diputados y Senadores Nacionales, Legisladores y Funcionarios Provinciales y C.A.B.A., Academias Nacionales, Instituciones del Sector CyT (INTA, INTI, CNEA, CONICET, SEGEMAR, CONAE, CITEFA, INIDEP, SENASA, INA, ANLIS-Malbrán, UTN), Facultades de Universidades Nacionales, ONG, Laboratorios de PPMV, etc).